“La justicia se defiende con la razón y no con las armas. No se pierde nada con la paz y puede perderse todo con la guerra.” Juan XXIII
De acuerdo al informe titulado “ Ni seguridad, ni derechos” presentado por Human Rigths Watch ( HRW) la tasa de homicidios aumentó 260% entre 2007 y 2010, también apunta el reporte que la violación a derechos humanos se ha incrementado de manera significativa desde el lanzamiento de la “guerra contra el crimen organizado” .
También de acuerdo a el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Justicia Penal, México ocupa el primer lugar a nivel mundial en número de secuestros, tan solo en el 2010 se registraron en México un total de 2 mil 700 secuestros. Sin duda podría seguir enumerando cifras o citar que la ciudad más violenta del mundo se encuentra en México, o también podría citar cuantos desplazados hay tras el inicio de la famosa “guerra contra el crimen organizado.”
Hoy día, México es un país más violento, más inseguro y esto no es una opinión personal, es una realidad que está respaldada por el sentir de la gente y por las cifras que proporcionan diferentes organizaciones no gubernamentales. Desafortunamente el actual gobierno panista encabezado por Felipe Calderón ha decidido meter a México en una Republica Beligerante, donde la violencia se combate con más violencia, esta administración que ideológicamente cree que el problema de la inseguridad se resuelve con mas soldados y con más armas, esta estrategia está destinada de inicio a fracasar, porque toda guerra solo causa más guerra, porque toda guerra se alimenta de la muerte, de la venganza y de la sangre. ¡Nunca olvidemos! que en todas las guerras quienes más sufren, son los niños y niñas.
¿Pero qué alternativa hay? Pues yo diría que la Republica Amorosa, una republica nueva “donde el amor al prójimo, el amor a la nación, el amor a nuestro origen, el amor a la Patria, el amor a la naturaleza, el amor a la vida sean los ejes fundamentales de esa nueva republica, y como dice Andrés Manuel “ la felicidad no se consigue solo acumulando bienes materiales, riquezas o fama, porque la felicidad es estar bien con nosotros mismos, con nuestras conciencias y con el prójimo”. AMLO agrega una tercera definición de la republica amorosa en la cual “no necesariamente se debe combatir el mal con el mal, ni la violencia con la violencia, sino atender las causas de la violencia e inseguridad, para serenar al país”
