Es muy buen análisis sobre la problemática del sistema político en México. Pero creo que Denise pone demasiado peso en la reforma política o más bien en la reforma electoral, parece sugerir desde mi punto de vista que si en México hubiera una reforma electoral, la solución de los problemas en México se solucionarían, creo que no es tan sencillo. Imaginemos que existe reelección, imaginemos que hay candidaturas ciudadanas, e iniciativas populares, serán estas suficientes para prevenir un fraude electoral? Lo dudo.
México por supuesto que necesita de una reforma electoral, pero más que reforma electoral necesita una reforma de estado y una reforma económica. En las pasadas elecciones grupos de poder y de interés apoyaron al presidente Calderón para llegar a los Pinos, este grupo de ciudadanos sin partido, orquesto una campaña para asegurarse de que López Obrador no llegara a la presidencia de México.
Esto se puede repetir con candidaturas ciudadanas.El grupo de poder al que me refiero tiene el dinero, los medios y el control para asegurarse de que el candidato que amenace sus intereses no llegue a la presidencia.
Denise sabe muy bien que el financiamiento privado en la política es uno de los grandes problemas en Estados Unidos, Denise sabe muy bien que las reformas como de salud, energía y medio ambiente que podrían beneficiar a la mayoría de los estadunidenses han sido bloqueados por los representantes de las grandes corporaciones que ven amenazados sus intereses, este grupo de poder tienen control de la mayoría de los congresistas americanos, estas grandes corporaciones financian las campañas de la mayoría de los políticos.
Es por eso que Estados Unidos es el único país desarrollado que no cuenta con cobertura gratuita universal de salud, los grandes consorcios de las aseguradoras han hecho todo lo posible a través de un cabildeo en las dos cámaras. La opción publica en cuanto a cobertura médica universal esta fuera de la mesa, gracias al financiamiento de estas empresas en las campañas políticas.La mayoría de las democracias europeas recurran al financiamiento público, con el fin de evitar que grupos de poder antepongan su agenda por encima de la agenda que beneficie a la mayoría de los ciudadanos.
P.D. En una mesa de discusión Lorenzo Meyer comento acerca del Sufragio Efectivo, No Reelección, en México todavía no hay Sufragio Efectivo, por lo tanto no puede haber reelección, primero lo primero.
A continuación columna publicada en la revista Proceso de México por Denise Dresser.
MÉXICO, D.F., 21 de diciembre.- ¿Logró México transitar de un régimen autoritario, vigente durante más de siete décadas, a una verdadera democracia? ¿El régimen político que hoy impera representa cabalmente el sentir de las mayorías y se ejerce el poder desde la perspectiva del interés general? ¿La transición mexicana culminó? ¿Estamos aún en ella o, a la luz de lo que hoy vivimos y la perspectiva que se vislumbra, tendríamos que decir abiertamente que la transición fracasó? Preguntas necesarias que formula Carmen Aristegui en su nuevo libro Transición. Preguntas imprescindibles que debería hacerse todo ciudadano preocupado por el destino de su país. Preguntas definitorias para poder asumir una posición ante las iniciativas de reforma política planteadas por Felipe Calderón.
Porque las palabras usadas para describir al sistema político mexicano son métrica del desencanto y termómetro de la desilusión. Palabras como democracia incompleta. Transición truncada. Representación fallida. Impunidad institucionalizada. Simulación. Regresión. En vez de responder a los intereses públicos, la política promueve los intereses particulares. En lugar de resolver problemas, el andamiaje institucional los patea para delante. En vez de generar incentivos para la representación, las reglas actuales impiden que ocurra. En lugar de empoderar ciudadanos, la transición termina encumbrando oligarcas.
Como sugiere Juan Pardinas, la democracia mexicana es un “perro verde”. Es demasiado exótica. Es la única en el mundo –aparte de Costa Rica– en la cual no existe la reelección de legisladores o presidentes municipales. Es de las pocas en donde no se permiten las candidaturas ciudadanas. Es excepcional en cuanto a la ausencia del referéndum. Es inusual por la prohibición de la “iniciativa ciudadana”. Es extraordinaria por la ausencia de mecanismos para permitir la construcción de mayorías legislativas estables. Es mexicanísima por la forma en la cual encumbra a los partidos pero ignora a los ciudadanos. El perro mexicano se empeña en ser excepcional y para mal. Por eso su pelambre tiene un color tan distinto al de otros caninos. Por eso cojea en vez de correr. Por eso produce pleitos callejeros con tanta frecuencia. Por eso es una especie tan disfuncional.
Sobre su lomo están montados los sindicatos abusivos y las televisoras chantajistas y los partidos irresponsables y los gobernadores impunes y los oligarcas privilegiados. Todos ellos, progenitores del perro verde y beneficiarios de su excepcionalidad. Sin reelección no hay rendición de cuentas ni representación política completa ni profesionalización de la clase política ni manera de ir debilitando a los cacicazgos locales. Sin candidaturas ciudadanas no hay forma de romper el monopolio de los partidos y de los líderes sindicales sobre la vida política. Sin referéndum no hay manera de involucrar directamente a la población en la definición de los grandes temas nacionales. Sin la iniciativa ciudadana no hay forma de promover políticas públicas que la clase política no quiere tocar, incluyendo el combate a los monopolios. Sin elevar el nivel de votación para el mantenimiento del registro, seguiremos financiando a partidos pequeños –como el Verde o el PT– que se venden al mejor postor o promueven farsas como la de Juanito. Sin iniciativas preferentes no es posible obligar al Congreso a legislar sobre temas que rehúye, incluyendo la promoción de la competencia. Sin medidas como las que ahora se someten a debate nacional, los ciudadanos seguirán siendo poco más que pulgas de un perro rabioso.
Y sí, las propuestas provienen de un presidente impopular, acorralado, debilitado, que llegó al poder en condiciones cuestionables. Y sí, la lista es incompleta porque no resuelve todos los problemas del sistema económico o del régimen político. Pero eso no debería ser suficiente para descalificarlas de entrada; el odio al mensajero no debería oscurecer la importancia del mensaje que envió. México tiene una democracia descompuesta que necesita arreglar. México tiene una democracia atorada que necesita echar a andar. México tiene una democracia elitista que necesita ampliar. Abriendo espacios a la ciudadanía para que su participación cuente; generando incentivos para que los legisladores y los presidentes municipales se vean obligados a rendir cuentas, cosa que no hacen hoy; dando poder a los votantes para que puedan generar contrapesos sociales a los poderes fácticos; creando vínculos de exigencia y representación entre los gobernados y los gobernantes. Reformas con la capacidad de airear, sacudir, relegitimar, disminuir la excepcionalidad de la democracia mexicana y normalizar su funcionamiento.
Ante ellas, el PRI y el PRD se equivocan al posicionarse como lo han hecho, afirmando que las reformas son “una faramalla” o “reviven el presidencialismo agotado” o “pretenden que nada cambie” o “perpetúan el clientelismo electoral” o son “una distracción” o lo más importante es que “se controle al Ejecutivo con la ratificación de los secretarios de Estado” o “tengo serias reservas sobre modelos de organización política probados en otras latitudes, pero que no tienen historia, condición o idiosincrasia igual a las que tiene México” o “la ciudadanía no está preparada”. Al responder así, Carlos Navarrete y Jesús Ortega y Enrique Peña Nieto y Beatriz Paredes demuestran dónde están parados: cerca del statu quo y lejos de la ciudadanía; cerca de la partidocracia que quieren preservar y lejos de lo que México debe hacer para desmantelarla; cerca de prácticas que desacreditan a los partidos y lejos de empujar su rehabilitación; cerca del argumento espurio del excepcionalismo y lejos de la normalidad democrática que el país exige.
Para entrenar al perro verde hará falta más de lo que se ha propuesto hasta el momento, pero las medidas contempladas ayudan a colocar una correa democrática alrededor de su cuello. Para obligar al can a obedecer a los ciudadanos, en lugar de morderlos, será imperativo discutir la apertura de los medios y el financiamiento a los partidos y la desaparición del fuero y las acciones colectivas y el fortalecimiento de los órganos autónomos y el combate a la corrupción y todo aquello que les permita a los mexicanos proteger sus derechos. Todo aquello que obligue a los partidos a ceder parte de su poder. Todo aquello que refresque la representación política. Todo aquello que logre sacar a México de la jauría de las democracias exóticas, para colocarla en la camada de las democracias más normalitas. Y así, domesticar al perro verde.
Monday, December 21, 2009
Sunday, December 13, 2009
Los Demonios Andan Sueltos
Señores y señoras ha terminado el torneo de futbol mexicano y el Monterrey es el nuevo Campeón.
Por otra parte ha comenzado oficialmente la campaña en contra de Andrés Manuel López Obrador si es que en algún momento se había interrumpido, lo que veremos de aquí al 2012 será una serie de ataques en contra de todo lo que hace, no hace y rodea a López Obrador, los protagonistas de esta campaña serán como siempre los medios de comunicación masiva principalmente la televisión, la radio y la prensa escrita.
Recuerdo los años gloriosos del PRI en aquellos tiempos los medios masivos eran cómplices del gobierno al no informar lo que realmente pasaba en México, era imposible ver voces opositoras en televisión, el programa de noticias más visto era 24 Horas de la noche con Jacobo Zabludovsky. Algunos pensaran que eso es parte de la historia y que México hoy día cuenta con libertad de expresión.
Efectivamente el programa 24 Horas de la noche ya no existe y Jacobo Zabludovsky no es el encargado de cubrir y manipular la información, hoy en México la situación es mucha más compleja no existe un personaje que tenga la influencia que tenia Don Jacobo en la época del PRI.
Hoy en día hay 100 Jacobos que quizá con diferente estilo y forma hacen periodismo, algunos sobresalen más que otros come es el caso de López Doriga o Javier Alatorre, pero al final de cuentas trabajan con un objetivo en común el mantener el status quo en el sistema y seguir beneficiando a los grupos de poder. La forma en que la información de los hechos se difunde es mucho más compleja, no hay un solo actor principal por el contrario hay varios, por supuesto Televisa sigue jugando un papel muy importante pero ahora cuenta con la ayuda de Televisión Azteca.
Los nuevos Jacobos se llaman López Doriga, Ciro Gómez Leyva, Ricardo Alemán, Carlos Marín, un payaso, Loret de Mola, Javier Alatorre así como la nueva contratación Carlos Cuevas, que escribió en su última columna Medas miedo Andrés. Así es a partir de hoy los demonios andan sueltos como en aquel entonces Mario Ruiz Massieu lo cito.
Por otra parte ha comenzado oficialmente la campaña en contra de Andrés Manuel López Obrador si es que en algún momento se había interrumpido, lo que veremos de aquí al 2012 será una serie de ataques en contra de todo lo que hace, no hace y rodea a López Obrador, los protagonistas de esta campaña serán como siempre los medios de comunicación masiva principalmente la televisión, la radio y la prensa escrita.
Recuerdo los años gloriosos del PRI en aquellos tiempos los medios masivos eran cómplices del gobierno al no informar lo que realmente pasaba en México, era imposible ver voces opositoras en televisión, el programa de noticias más visto era 24 Horas de la noche con Jacobo Zabludovsky. Algunos pensaran que eso es parte de la historia y que México hoy día cuenta con libertad de expresión.
Efectivamente el programa 24 Horas de la noche ya no existe y Jacobo Zabludovsky no es el encargado de cubrir y manipular la información, hoy en México la situación es mucha más compleja no existe un personaje que tenga la influencia que tenia Don Jacobo en la época del PRI.
Hoy en día hay 100 Jacobos que quizá con diferente estilo y forma hacen periodismo, algunos sobresalen más que otros come es el caso de López Doriga o Javier Alatorre, pero al final de cuentas trabajan con un objetivo en común el mantener el status quo en el sistema y seguir beneficiando a los grupos de poder. La forma en que la información de los hechos se difunde es mucho más compleja, no hay un solo actor principal por el contrario hay varios, por supuesto Televisa sigue jugando un papel muy importante pero ahora cuenta con la ayuda de Televisión Azteca.
Los nuevos Jacobos se llaman López Doriga, Ciro Gómez Leyva, Ricardo Alemán, Carlos Marín, un payaso, Loret de Mola, Javier Alatorre así como la nueva contratación Carlos Cuevas, que escribió en su última columna Medas miedo Andrés. Así es a partir de hoy los demonios andan sueltos como en aquel entonces Mario Ruiz Massieu lo cito.
Thursday, December 10, 2009
¿Pa que investigar?
Análisis de la columna de Carlos Marín
Ok. De acuerdo con la lógica del Señor Marín como Amnistía Internacional no protesto en contra de esos gobiernos autoritarios por lo tanto Amnistía Internacional no tiene la autoridad moral para señalar la violación a los derechos humanos por parte del ejército. Es decir si yo cometo un crimen y existe la prueba de mi crimen, pero la persona que me acusa y que es testigo de mi crimen nunca acuso a mis vecinos cuando ellos cometieron crímenes, entonces esas acusaciones en contra mía no valen. Que no se supone que un periodista debe tratar de investigar a fondo este tipo de acusaciones, luchar por encontrar la verdad. Parece que es anticuado eso de andar investigando acusaciones de violación de derechos humanos y andar tratando de hacer ver los errores del gobierno, pa que investigar si es mas fácil tomar el lado del gobierno ¿verdad señor Marín?
A continuacion columna de Carlos Marín
Una sensata inquietud
El asalto a la razón
Carlos Marín Fuente: Milenio.com
Quizá en Amnistía Internacional se desconozca que desde su nacimiento, en junio de 1990, la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha recibido 118 mil 539 quejas, de las que 6 mil 556 corresponden a la Secretaría de la Defensa Nacional, pero de las que emitió nada más 82 recomendaciones… entre las dos mil 49 que ha hecho en 19 años al gobierno federal.
¿Sabrán en la prestigiada organización que la Sedena ha aceptado todas esas recomendaciones y que tiene una relación permanente con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para la Atención de los Derechos Humanos?
Anoche, en Tercer Grado, Carlos Loret de Mola planteó una sensata inquietud:
Si Amnistía Internacional (según su representante en México, Alberto Herrera) promoverá movilizaciones en el mundo (frente a 150 embajadas) para protestar por las “violaciones del Ejército a los derechos humanos”, ¿por qué jamás organizó una sola contra las dictaduras carniceras de Augusto Pinochet en Chile, Idi Amín Dada en Uganda, Sadam Husein en Irak o Pol Pot en Camboya?
Ok. De acuerdo con la lógica del Señor Marín como Amnistía Internacional no protesto en contra de esos gobiernos autoritarios por lo tanto Amnistía Internacional no tiene la autoridad moral para señalar la violación a los derechos humanos por parte del ejército. Es decir si yo cometo un crimen y existe la prueba de mi crimen, pero la persona que me acusa y que es testigo de mi crimen nunca acuso a mis vecinos cuando ellos cometieron crímenes, entonces esas acusaciones en contra mía no valen. Que no se supone que un periodista debe tratar de investigar a fondo este tipo de acusaciones, luchar por encontrar la verdad. Parece que es anticuado eso de andar investigando acusaciones de violación de derechos humanos y andar tratando de hacer ver los errores del gobierno, pa que investigar si es mas fácil tomar el lado del gobierno ¿verdad señor Marín?
A continuacion columna de Carlos Marín
Una sensata inquietud
El asalto a la razón
Carlos Marín Fuente: Milenio.com
Quizá en Amnistía Internacional se desconozca que desde su nacimiento, en junio de 1990, la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha recibido 118 mil 539 quejas, de las que 6 mil 556 corresponden a la Secretaría de la Defensa Nacional, pero de las que emitió nada más 82 recomendaciones… entre las dos mil 49 que ha hecho en 19 años al gobierno federal.
¿Sabrán en la prestigiada organización que la Sedena ha aceptado todas esas recomendaciones y que tiene una relación permanente con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para la Atención de los Derechos Humanos?
Anoche, en Tercer Grado, Carlos Loret de Mola planteó una sensata inquietud:
Si Amnistía Internacional (según su representante en México, Alberto Herrera) promoverá movilizaciones en el mundo (frente a 150 embajadas) para protestar por las “violaciones del Ejército a los derechos humanos”, ¿por qué jamás organizó una sola contra las dictaduras carniceras de Augusto Pinochet en Chile, Idi Amín Dada en Uganda, Sadam Husein en Irak o Pol Pot en Camboya?
Wednesday, December 9, 2009
Analisis de la columna de Lopez-Doriga
La telenovela Juanito es una situación embarazosa para la vida política mexicana y porque es embarazosa? A continuación mi breve explicación:
México es un país que no tienen problemas de ningún tipo, es por eso que los columnistas de Milenio y otros periódicos le dedican tanta tinta a la novela Juanito.
Me fascina leer los “análisis políticos” de las plumas de Milenio siempre destacándose por buscar la verdad, exhibir las injusticias, el análisis de la problemática nacional, y las propuestas de fondo que proponen.
Si, señores y señoras México no atraviesa por una de las peores crisis económicas, sociales y políticas, México es tan aburrido que por eso muchos columnistas le dedican su valioso tiempo a la novela Juanito incluyendo al periodista Lopez-Doriga, gracias Juanito mil gracias, que sería de los periodistas sin ti y me pregunto quién se beneficia de la novela Juanito, además de los columnistas de Milenio y otros medios. Hasta pronto.
A continuacion columna de Joaquín López-Dóriga
No, si no tienen madre...
En Privado
Joaquín López-Dóriga Fuente: milenio.com
El sainete de Iztapalapa tiene un reparto estelar con algunos personajes buscando salirse de esta ópera bufa.
El actor principal es Andrés Manuel López Obrador, que impuso a Rafael Acosta, Juanito, como su pelele.
El rol estelar está a cargo del propio Acosta, en el papel de Juanito, este locuaz personaje que se ha creído lo que AMLO le advirtió que no se creyera: haber ganado las elecciones.
Clara Brugada, como Clarita, que debía asumir el cargo a la renuncia inmediata del pelele obradorista.
Silvia Oliva es la olvidada candidata del PRD a esa jefatura de Iztapalapa que impugnó y ganó, aunque perdiera su partido y su grupo.
Actuación especial de René Arce, en su interpretación del amo de la delegación donde sólo gobiernan los suyos: Víctor Hugo Círigo y otros fieles.
Alberto Anaya es el dueño de la franquicia que entregó al PT a su candidato presidencial y ahora, es de locos, forma parte de los que quieren defenestrar a su propio Juanito.
María del Carmen Alanís en el papel de presidenta del TEPJF, quien en vísperas de elecciones con el nombre y foto de Brugada en las boletas, la sacó de la película para darle el papel a Oliva.
Marcelo Ebrard, con una actuación especial en la que no se sabe si seguirá o no el libreto de AMLO para que a la caída de Juanito meta al reparto de vuelta, ahora sí en plan estelar a Brugada, en el mismo papel de Clarita.
Las locaciones se trasladaron de la calle a los foros de la Asamblea Legislativa, donde están buscando un argumento que, de encontrar, acabaría con todos los delegados: la falta de servicios en sus localidades.
O la barbaridad en el nuevo script que presenta a los asambleístas como intérpretes del “voto ciudadano en Iztapalapa” que, de prosperar, sentará un antecedente para que las elecciones, las que sean, tengan a los diputados como traductores de lo que quiso decir el electorado con su voto, con lo que éste saldrá sobrando, que, me late, es lo que quieren.
Le digo: ¡qué poca madre!
Retales
1. NOBEL. Guillermo Ortiz viaja hoy a Estocolmo, invitado por el comité Nobel para la ceremonia de entrega del premio, este jueves. La semana pasada estuvo en Los Pinos;
2. PLAZOS. Igual termina este periodo ordinario y el Presidente no envía al Senado su propuesta para gobernador del Banco de México, dejándoselo a la Permanente, que se instala el día 15. Agustín Carstens se quedará en Hacienda. Ayer en Nueva York dijo que ahí se siente muy a gusto. Tampoco moverían a Ernesto Cordero de Sedesol; y
3. AUDITOR. Si de verdad los diputados estuvieran buscando un auditor superior de la Federación de hierro hubieran gestionado el registro y aprobación de Enrique del Val, cuyo prestigio los asusta. Pero como no tiene partido y es intransitable, pues no.
Nos vemos mañana, pero en privado.
México es un país que no tienen problemas de ningún tipo, es por eso que los columnistas de Milenio y otros periódicos le dedican tanta tinta a la novela Juanito.
Me fascina leer los “análisis políticos” de las plumas de Milenio siempre destacándose por buscar la verdad, exhibir las injusticias, el análisis de la problemática nacional, y las propuestas de fondo que proponen.
Si, señores y señoras México no atraviesa por una de las peores crisis económicas, sociales y políticas, México es tan aburrido que por eso muchos columnistas le dedican su valioso tiempo a la novela Juanito incluyendo al periodista Lopez-Doriga, gracias Juanito mil gracias, que sería de los periodistas sin ti y me pregunto quién se beneficia de la novela Juanito, además de los columnistas de Milenio y otros medios. Hasta pronto.
A continuacion columna de Joaquín López-Dóriga
No, si no tienen madre...
En Privado
Joaquín López-Dóriga Fuente: milenio.com
El sainete de Iztapalapa tiene un reparto estelar con algunos personajes buscando salirse de esta ópera bufa.
El actor principal es Andrés Manuel López Obrador, que impuso a Rafael Acosta, Juanito, como su pelele.
El rol estelar está a cargo del propio Acosta, en el papel de Juanito, este locuaz personaje que se ha creído lo que AMLO le advirtió que no se creyera: haber ganado las elecciones.
Clara Brugada, como Clarita, que debía asumir el cargo a la renuncia inmediata del pelele obradorista.
Silvia Oliva es la olvidada candidata del PRD a esa jefatura de Iztapalapa que impugnó y ganó, aunque perdiera su partido y su grupo.
Actuación especial de René Arce, en su interpretación del amo de la delegación donde sólo gobiernan los suyos: Víctor Hugo Círigo y otros fieles.
Alberto Anaya es el dueño de la franquicia que entregó al PT a su candidato presidencial y ahora, es de locos, forma parte de los que quieren defenestrar a su propio Juanito.
María del Carmen Alanís en el papel de presidenta del TEPJF, quien en vísperas de elecciones con el nombre y foto de Brugada en las boletas, la sacó de la película para darle el papel a Oliva.
Marcelo Ebrard, con una actuación especial en la que no se sabe si seguirá o no el libreto de AMLO para que a la caída de Juanito meta al reparto de vuelta, ahora sí en plan estelar a Brugada, en el mismo papel de Clarita.
Las locaciones se trasladaron de la calle a los foros de la Asamblea Legislativa, donde están buscando un argumento que, de encontrar, acabaría con todos los delegados: la falta de servicios en sus localidades.
O la barbaridad en el nuevo script que presenta a los asambleístas como intérpretes del “voto ciudadano en Iztapalapa” que, de prosperar, sentará un antecedente para que las elecciones, las que sean, tengan a los diputados como traductores de lo que quiso decir el electorado con su voto, con lo que éste saldrá sobrando, que, me late, es lo que quieren.
Le digo: ¡qué poca madre!
Retales
1. NOBEL. Guillermo Ortiz viaja hoy a Estocolmo, invitado por el comité Nobel para la ceremonia de entrega del premio, este jueves. La semana pasada estuvo en Los Pinos;
2. PLAZOS. Igual termina este periodo ordinario y el Presidente no envía al Senado su propuesta para gobernador del Banco de México, dejándoselo a la Permanente, que se instala el día 15. Agustín Carstens se quedará en Hacienda. Ayer en Nueva York dijo que ahí se siente muy a gusto. Tampoco moverían a Ernesto Cordero de Sedesol; y
3. AUDITOR. Si de verdad los diputados estuvieran buscando un auditor superior de la Federación de hierro hubieran gestionado el registro y aprobación de Enrique del Val, cuyo prestigio los asusta. Pero como no tiene partido y es intransitable, pues no.
Nos vemos mañana, pero en privado.
Tuesday, December 8, 2009
Respuesta a columna de Federico Arreola
Muy buena columna,desafortunadamente no coincidido con ella y aquí están mis razones.
El economista Jeffrey Sachs tiene un articulo interesante que se titula El Estado del Bienestar, más allá de la ideología. De manera sintetizada explica cómo los países que han sido gobernados por el sistema del estado de bienestar han alcanzado un mayor desarrollo entre sus poblaciones, mayor, empleo, mayor ingreso, mayor seguridad social, etcétera. Compara a los países como Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca (gobernados por la democracia social o izquierda) con Estados Unidos gobernado por el neoliberalismo en las últimas décadas, especialmente en las administraciones de Ronald Reagan y los Bush.
Estados Unidos se queda al fondo entre los países industrializados, muchos se olvidan que USA cuenta con más de 40 millones de personas que no tienen cobertura médica, siendo este un problema real ya que la mayoría de las declaraciones de bancarrota se producen cuando alguien no tiene dinero para pagar los gastos médicos. En USA la pobreza ha crecido constantemente en los últimos décadas, el crimen es mucho mayor por ejemplo en USA, que en Canadá, donde el gobierno Canadiense juega un papel muy importante en el bienestar social.
Izquierda no significa estar en contra de empresas o comunismo, significa que el gobierno juega un papel muy importante en la creación de bienestar social, atraves de servicios sociales a la población.
Déjeme citar mi experiencia personal de Canadá, por ejemplo la ciudad de Toronto que es considerada la capital financiera de Canadá, y una de las ciudades más importantes en todo Norteamérica.
Aquí enlisto servicios que son ofrecidos por el gobierno o agencias del gobierno, cobertura médica universal, servicio de transporte público que no es gratuito pero está a cargo del gobierno municipal (incluye metro, trolebuses y camiones), el servicio de electricidad está a cargo de empresa del gobierno, seguro de desempleo, seguro de maternidad( hasta aproximadamente 10 meses), educación universal desde el primer grado hasta el grado 12. Canadá no es perfecto tiene muchos desafíos pero tienen un nivel desarrollo digno de copiar.
Por otra parte México es uno de los países mas neoliberales en el mundo, el estado provee de muy pocos servicios y los que provee no son suficientes. México ha sido gobernado neoliberalmente desde la mitad del sexenio de Miguel de la Madrid. México contaba con una cantidad enorme de ingresos gracias a las empresas estatales, después de la privatización México obtuvo ingresos por tal privatización que permitió a la administración de Salinas crear programas sociales, pero estos fueron temporales, ya que no podían ser sostenidos a largo plazo.
La UNAM o el Tecnológico de Monterrey tal vez el Tecnológico sea mejor no sé, pero lo que sé es que una inmensa mayoría de mexicanos no tienen acceso a dicha institución privada, en cambio la UNAM esta alcance de mas mexicanos, en México se necesita fortalecer y ampliar el acceso a la UNAM a la par de todas las instituciones educativas que proporciona el gobierno mexicano, a nadie le queda la duda que un país con una mayor educación superior tiene más probabilidades de éxito.
Columna de Federico Arreola Fuente: SDPNOTICIAS.COM
Mi derechismo incomprendido por AMLO y Colosio
Federico Arreola
08 de Diciembre, 2009 -
“El coraje para ser utópicos”, dice Friedrich A. Hayek, ha permitido a los izquierdistas ganar el apoyo de tantos intelectuales.
Cuando, al finalizar 1997, yo encabezaba el lanzamiento de la revista Milenio, recordaba ese juicio de Hayek cada vez que charlaba con Ciro Gómez Leyva, entonces un periodista valiente e independiente, y con Rafael Barajas, El Fisgón, uno de los hombres más lúcidos que conozco y sin duda una persona absolutamente honesta.
Los dos elogiaban sin medida a Andrés Manuel López Obrador, un izquierdista con el que nunca había yo charlado y que no me simpatizaba en lo más mínimo porque me cegaba, lo admito, mi ideología neoliberal.
Tres años atrás, otro amigo, Luis Donaldo Colosio, había expresado en mi presencia juicios muy favorables hacia López Obrador: “Parece radical, y tal vez lo sea, pero es un hombre de principios al que no hay que perder de vista; busca lo mismo que nosotros, el mejor México posible”.
Ya en el año 2003, cuando el periódico Milenio vivía sus mejores momentos, en una cafetería del hotel Presidente, en Polanco, desayunando Carlos Marín, Antonio Helguera, José Hernández y yo, Marín pidió a los moneros: “Critiquen a López Obrador, ustedes son durísimos con todos, menos con López Obrador”.
Helguera le preguntó a Marín: “¿Y por qué chingados quieres que critiquemos al Peje si no se nos pega la gana hacerlo, si lo consideramos de lo más decente que hay en la política?”.
Marín insistió y Hernández, más mesurado que Helgeura, terminó la conversación con estas palabras: “No lo vamos a hacer, Marín, creo que no hay más que hablar. Si no vemos criticable al Peje no lo vamos a criticar”.
Al retirarnos del restaurante, ya a solas, Carlos Marín me dijo: “Pinches moneros insolentes, tienen que empezar a partirle la madre al Peje para que ganen credibilidad”.
Le dije a Marín que se olvidara de eso: los moneros, que nunca han recibido un solo favor de AMLO, no iban a caer en la trampa de la credibilidad: criticar por criticar a un personaje, aunque no se le vean defectos mayores, solo para exhibir “objetividad”.
Soy como los moneros. Si no veo criticable a alguien, no lo critico, y me importa poco lo que se diga de mí.
Mientras estuvo vivo, no encontré razones para hablar mal de Luis Donaldo Colosio, con quien me unió una, para mí, extraordinaria amistad, a pesar de que Donaldo invariablemente me reprochaba mi neoliberalismo extremo.
En 2003 yo no era todavía amigo de López Obrador, pero a partir de ese año, debido a los ataques desleales que le lanzaba el gobierno de Vicente Fox apoyado por Carlos Salinas de Gortari, empecé a dejar de verlo criticable.
Los videoescándalos y el desafuero, que combatí abiertamente como director de Milenio, poco a poco me acercaron a Andrés Manuel, de quien con el paso del tiempo me he hecho amigo, a pesar de que este invariablemente me reprocha mi neoliberalismo extremo.
¿Por qué soy neoliberal?
Porque creo en la lilbre empresa.
Porque pienso que es mejor universidad el Tecnológico de Monterrey que la UNAM.
Porque estoy convencido de que las innovaciones verdaderamente revolucionarias son obra de empresarios privados enfermos de afán de lucro.
Porque opino que la historia ha demostrado que solo la creación de riqueza puede acabar con la pobreza.
Porque soy partidario de las privatizaciones.
Porque las empresas de Monterrey, antes del nacimiento del Seguro Social, ofrecían excelentes servicios de salud a sus trabajadores.
Porque las empresas regiomontamas, antes de que empezara a operar el Infonavit, entregaban viviendas realmente dignas a sus empleados.
Porque rechazo los monopolios, sobre todo el que ha pretendido establecer en México la iglesia católica.
Porque pienso que las empresas excesivamente grandes deben ser partidas por el estado en varias compañías de menor tamaño.
Luis Donaldo no coincidía conmigo. Éste pensaba que el gobierno debía jugar un rol mucho más activo como regulador de la economía que el que a mí me parecía prudente.
López Obrador, evidentemente, tampoco piensa lo mismo que yo. Desde luego, Andrés Manuel está muy cerca del socialismo, que en lo personal detesto.
¿Por qué lo apoyo, entonces?
Porque es un político honesto.
Porque, para bajarlo al nivel de inmoralidad de otros políticos, se le calumnia en exceso.
Porque busca acabar con la corrupción.
Porque pretende que paguen impuestos todos los grandes empresarios que los evaden.
Porque si bien no va a privatizar, tampoco va a nacionalizar.
Porque está a favor de mucha más competencia económica de la que actualmente existe.
Porque si bien no está convencido de que la generación de riqueza es la única forma de acabar con la pobreza, sabe que en un país como México, lleno de gente desheredada, lo más urgente que el gobierno debe hacer es tender una mano a los que menos tienen. No por ideología, y ni siquiera por justicia, sino por elemental conveniencia para todos, en particular para los ricos que han perdido la seguridad por vivir en medio de la miseria.
Creo que Andrés, a pesar de su izquierdismo, es el líder que México necesita en este momento.
En 1994 pensaba que el gobernante que México necesitaba era Donaldo Colosio. Lo mataron, y se nos vino la peor crisis encima.
En 2006 Andrés Manuel sobrevivió, pero no lo dejaron llegar a la Presidencia, y nos arrasó otra enorme crisis.
Si en 2012 AMLO no gana, va a ser terrible para el país. Porque un nuevo gobierno panista o, todavía peor, el regreso de la mafia del PRI será sencillamente catastrófico.
Bien, voy a responder aquí, con sinceridad, una pregunta que durante todos estos años me ha hecho mucha gente:
¿A quién prefiero, a AMLO o a Colosio?
A Colosio, por supuesto.
Por eso, en su campaña presidencial, Andrés Manuel me invitó a acompañarlo a hacer una guardia de honor en la tumba de Luis Donaldo.
Por eso, sí, porque voy a ser siempre leal a mi amigo asesinado hace ya tantos años.
Y es por lealtad con aquel personaje que luchaba por el mejor de los Méxicos posibles y que murió víctima de las balas de la traición, que ahora me la juego con el izquierdista que persigue la misma o incluso una mayor utopía.
El economista Jeffrey Sachs tiene un articulo interesante que se titula El Estado del Bienestar, más allá de la ideología. De manera sintetizada explica cómo los países que han sido gobernados por el sistema del estado de bienestar han alcanzado un mayor desarrollo entre sus poblaciones, mayor, empleo, mayor ingreso, mayor seguridad social, etcétera. Compara a los países como Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca (gobernados por la democracia social o izquierda) con Estados Unidos gobernado por el neoliberalismo en las últimas décadas, especialmente en las administraciones de Ronald Reagan y los Bush.
Estados Unidos se queda al fondo entre los países industrializados, muchos se olvidan que USA cuenta con más de 40 millones de personas que no tienen cobertura médica, siendo este un problema real ya que la mayoría de las declaraciones de bancarrota se producen cuando alguien no tiene dinero para pagar los gastos médicos. En USA la pobreza ha crecido constantemente en los últimos décadas, el crimen es mucho mayor por ejemplo en USA, que en Canadá, donde el gobierno Canadiense juega un papel muy importante en el bienestar social.
Izquierda no significa estar en contra de empresas o comunismo, significa que el gobierno juega un papel muy importante en la creación de bienestar social, atraves de servicios sociales a la población.
Déjeme citar mi experiencia personal de Canadá, por ejemplo la ciudad de Toronto que es considerada la capital financiera de Canadá, y una de las ciudades más importantes en todo Norteamérica.
Aquí enlisto servicios que son ofrecidos por el gobierno o agencias del gobierno, cobertura médica universal, servicio de transporte público que no es gratuito pero está a cargo del gobierno municipal (incluye metro, trolebuses y camiones), el servicio de electricidad está a cargo de empresa del gobierno, seguro de desempleo, seguro de maternidad( hasta aproximadamente 10 meses), educación universal desde el primer grado hasta el grado 12. Canadá no es perfecto tiene muchos desafíos pero tienen un nivel desarrollo digno de copiar.
Por otra parte México es uno de los países mas neoliberales en el mundo, el estado provee de muy pocos servicios y los que provee no son suficientes. México ha sido gobernado neoliberalmente desde la mitad del sexenio de Miguel de la Madrid. México contaba con una cantidad enorme de ingresos gracias a las empresas estatales, después de la privatización México obtuvo ingresos por tal privatización que permitió a la administración de Salinas crear programas sociales, pero estos fueron temporales, ya que no podían ser sostenidos a largo plazo.
La UNAM o el Tecnológico de Monterrey tal vez el Tecnológico sea mejor no sé, pero lo que sé es que una inmensa mayoría de mexicanos no tienen acceso a dicha institución privada, en cambio la UNAM esta alcance de mas mexicanos, en México se necesita fortalecer y ampliar el acceso a la UNAM a la par de todas las instituciones educativas que proporciona el gobierno mexicano, a nadie le queda la duda que un país con una mayor educación superior tiene más probabilidades de éxito.
Columna de Federico Arreola Fuente: SDPNOTICIAS.COM
Mi derechismo incomprendido por AMLO y Colosio
Federico Arreola
08 de Diciembre, 2009 -
“El coraje para ser utópicos”, dice Friedrich A. Hayek, ha permitido a los izquierdistas ganar el apoyo de tantos intelectuales.
Cuando, al finalizar 1997, yo encabezaba el lanzamiento de la revista Milenio, recordaba ese juicio de Hayek cada vez que charlaba con Ciro Gómez Leyva, entonces un periodista valiente e independiente, y con Rafael Barajas, El Fisgón, uno de los hombres más lúcidos que conozco y sin duda una persona absolutamente honesta.
Los dos elogiaban sin medida a Andrés Manuel López Obrador, un izquierdista con el que nunca había yo charlado y que no me simpatizaba en lo más mínimo porque me cegaba, lo admito, mi ideología neoliberal.
Tres años atrás, otro amigo, Luis Donaldo Colosio, había expresado en mi presencia juicios muy favorables hacia López Obrador: “Parece radical, y tal vez lo sea, pero es un hombre de principios al que no hay que perder de vista; busca lo mismo que nosotros, el mejor México posible”.
Ya en el año 2003, cuando el periódico Milenio vivía sus mejores momentos, en una cafetería del hotel Presidente, en Polanco, desayunando Carlos Marín, Antonio Helguera, José Hernández y yo, Marín pidió a los moneros: “Critiquen a López Obrador, ustedes son durísimos con todos, menos con López Obrador”.
Helguera le preguntó a Marín: “¿Y por qué chingados quieres que critiquemos al Peje si no se nos pega la gana hacerlo, si lo consideramos de lo más decente que hay en la política?”.
Marín insistió y Hernández, más mesurado que Helgeura, terminó la conversación con estas palabras: “No lo vamos a hacer, Marín, creo que no hay más que hablar. Si no vemos criticable al Peje no lo vamos a criticar”.
Al retirarnos del restaurante, ya a solas, Carlos Marín me dijo: “Pinches moneros insolentes, tienen que empezar a partirle la madre al Peje para que ganen credibilidad”.
Le dije a Marín que se olvidara de eso: los moneros, que nunca han recibido un solo favor de AMLO, no iban a caer en la trampa de la credibilidad: criticar por criticar a un personaje, aunque no se le vean defectos mayores, solo para exhibir “objetividad”.
Soy como los moneros. Si no veo criticable a alguien, no lo critico, y me importa poco lo que se diga de mí.
Mientras estuvo vivo, no encontré razones para hablar mal de Luis Donaldo Colosio, con quien me unió una, para mí, extraordinaria amistad, a pesar de que Donaldo invariablemente me reprochaba mi neoliberalismo extremo.
En 2003 yo no era todavía amigo de López Obrador, pero a partir de ese año, debido a los ataques desleales que le lanzaba el gobierno de Vicente Fox apoyado por Carlos Salinas de Gortari, empecé a dejar de verlo criticable.
Los videoescándalos y el desafuero, que combatí abiertamente como director de Milenio, poco a poco me acercaron a Andrés Manuel, de quien con el paso del tiempo me he hecho amigo, a pesar de que este invariablemente me reprocha mi neoliberalismo extremo.
¿Por qué soy neoliberal?
Porque creo en la lilbre empresa.
Porque pienso que es mejor universidad el Tecnológico de Monterrey que la UNAM.
Porque estoy convencido de que las innovaciones verdaderamente revolucionarias son obra de empresarios privados enfermos de afán de lucro.
Porque opino que la historia ha demostrado que solo la creación de riqueza puede acabar con la pobreza.
Porque soy partidario de las privatizaciones.
Porque las empresas de Monterrey, antes del nacimiento del Seguro Social, ofrecían excelentes servicios de salud a sus trabajadores.
Porque las empresas regiomontamas, antes de que empezara a operar el Infonavit, entregaban viviendas realmente dignas a sus empleados.
Porque rechazo los monopolios, sobre todo el que ha pretendido establecer en México la iglesia católica.
Porque pienso que las empresas excesivamente grandes deben ser partidas por el estado en varias compañías de menor tamaño.
Luis Donaldo no coincidía conmigo. Éste pensaba que el gobierno debía jugar un rol mucho más activo como regulador de la economía que el que a mí me parecía prudente.
López Obrador, evidentemente, tampoco piensa lo mismo que yo. Desde luego, Andrés Manuel está muy cerca del socialismo, que en lo personal detesto.
¿Por qué lo apoyo, entonces?
Porque es un político honesto.
Porque, para bajarlo al nivel de inmoralidad de otros políticos, se le calumnia en exceso.
Porque busca acabar con la corrupción.
Porque pretende que paguen impuestos todos los grandes empresarios que los evaden.
Porque si bien no va a privatizar, tampoco va a nacionalizar.
Porque está a favor de mucha más competencia económica de la que actualmente existe.
Porque si bien no está convencido de que la generación de riqueza es la única forma de acabar con la pobreza, sabe que en un país como México, lleno de gente desheredada, lo más urgente que el gobierno debe hacer es tender una mano a los que menos tienen. No por ideología, y ni siquiera por justicia, sino por elemental conveniencia para todos, en particular para los ricos que han perdido la seguridad por vivir en medio de la miseria.
Creo que Andrés, a pesar de su izquierdismo, es el líder que México necesita en este momento.
En 1994 pensaba que el gobernante que México necesitaba era Donaldo Colosio. Lo mataron, y se nos vino la peor crisis encima.
En 2006 Andrés Manuel sobrevivió, pero no lo dejaron llegar a la Presidencia, y nos arrasó otra enorme crisis.
Si en 2012 AMLO no gana, va a ser terrible para el país. Porque un nuevo gobierno panista o, todavía peor, el regreso de la mafia del PRI será sencillamente catastrófico.
Bien, voy a responder aquí, con sinceridad, una pregunta que durante todos estos años me ha hecho mucha gente:
¿A quién prefiero, a AMLO o a Colosio?
A Colosio, por supuesto.
Por eso, en su campaña presidencial, Andrés Manuel me invitó a acompañarlo a hacer una guardia de honor en la tumba de Luis Donaldo.
Por eso, sí, porque voy a ser siempre leal a mi amigo asesinado hace ya tantos años.
Y es por lealtad con aquel personaje que luchaba por el mejor de los Méxicos posibles y que murió víctima de las balas de la traición, que ahora me la juego con el izquierdista que persigue la misma o incluso una mayor utopía.
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